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g.1. estrÉs

Uno de los problemas más habituales que se presentan en la sociedad actual de los países desarrollados es el estrés. Esta “enfermedad” se exterioriza en personas de ambos sexos, diferentes estatus sociales y distintas edades, puesto que sus causas son muy variadas y cada persona lo asume de una manera.

Entonces, ¿Cómo se puede definir  el estrés?
El estrés es una respuesta automática del organismo en la que entra en juego diversos mecanismos de defensa para afrontar situaciones que exigen mayor esfuerzo de lo ordinario o en las que puede suceder algo peligroso, nocivo o desagradable.

El estrés no se puede definir como algo malo en sí, ya que es una respuesta natural y necesaria para la supervivencia, puesto que ayuda a la persona a estar vigilante ante diferentes situaciones desagradables.

Pero el estrés deja de ser bueno cuando esta situación se da en exceso:

  • cuando el organismo es bombardeado de forma constante y prologada en el tiempo por estímulos negativos,   se produce una sobrecarga de tensión que se refleja en el organismo y contra lo que no se puede reaccionar. Ahí surge el estrés o lo que se conoce como diestrés y, consecuentemente, aparecen enfermedades y anomalías patológicas.
  • también puede surgir dicho estrés “malo” porque la persona no tiene las respuestas adecuadas para hacer frente a una situación, aunque esta sea sencilla y producida por un estímulo simple de peligro.

Según J. L. González de Rivera, catedrático de psiquiatría, existen tres grandes grupos de causas o factores de estrés, basándose en el tipo de respuesta del organismo:

  1. Factores externos: engloban las variables ambientales que alteran el equilibrio del organismo. Tales como tener un hijo, la muerte de un familiar…Se denominan estresores.
  2. Factores internos: variables del individuo relacionadas con la defensa y neutralización de los factores externos. Son: olvidar el problema, culpar a algo o a alguien….
  3. Factores modulares: variables tanto del medio como del individuo. Ejemplo de ello son: estados afectivos, capacidad de control y apoyo social.

Una vez que existe la situación de estrés y el organismo de la persona responde, surgen las fases propias del estrés:

  • Reacción de alerta: el cuerpo recibe el estímulo y se produce un desequilibrio en el organismo.
    Ejemplo: entrega por parte de un/a trabajador/a de un proyecto determinado en una fecha concreta. La reacción es saber que tiene que cumplir el objetivo.
  • Fase de adaptación: se produce la reacción de defensa ante dicho estímulo.
    Siguiendo con el ejemplo anterior, se produce la adaptación cuando el/la trabajador/a redistribuye el tiempo que tiene para organizarse mejor y cumplir el objetivo.
    En esta fase, si el/la trabajador/a asimila la situación y reacciona positivamente, el estrés que aparece es “bueno” y con el tiempo se anula volviendo al equilibrio inicial.
  • Agotamiento: cuando no se consigue la adaptación o la situación de alerta es persistente.
    En la situación anterior, si el/la trabajador/a no asimila la situación y se comienza a sentir agobiado con la entrega del proyecto…se angustia más y más…. Por lo que se siente incapaz de llegar a la entrega del proyecto.

Este conjunto de fases del estrés es conocido como Síndrome generalizado de Adaptación.

El cuerpo, ante esa situación, tiene varias maneras de advertencia, cuya intensidad varía según se preste más o menos atención en su detección y su posterior solución. Estos signos de advertencia son los síntomas del estrés:
Signos emocionales

  1. Apatía e indiferencia,  ansiedad, miedo, sensación de inutilidad.
  2. Depresión, irritabilidad y estado defensivo.
  3. Fatiga mental: falta de concentración, dificultad para pensar y emprender nuevas acciones, esfuerzo continuo.
  4. Negación: ignorar síntomas, negar problemas.
  5.  Altibajos emocionales.
  6. Preocupaciones y pensamientos obsesivos.
  7. Ideas intrusivas: pensamientos que no tienen nada que ver con la tarea mental en curso.
  8. Pensamientos, sensaciones y emociones persistentes.
  9. Hipervigilancia: un estado de alerta desproporcionada.
  10. Insomnio.
  11. Malos sueños: pesadillas y despertares angustiosos.

Signos de comportamiento 

  1. Evasión: del trabajo, de las amistades, de la responsabilidad.
  2. Drogadicción: alcoholismo, drogas, juego, derroche.
  3. Abandono: atraso del trabajo, desaseo, vestir descuidado.
  4. Problemas legales: deudas, infracciones, accidentes, violencia.

Signos físicos

  1. Enfermedades frecuentes de todo tipo,  contracturas musculares y dolores de columna vertebral como lumbalgia, ciática o dolor cervical.
  2. Dolencias menores: Náuseas, insomnio, dolor de cabeza, problemas digestivos, cambios de peso, cambios de apetito, problemas sexuales.
  3. Agotamiento físico: Fatiga continua, cansancio sin causa.

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